La intuición propia es la más precisa, concisa y determinante de todas, pero lleva un gran trabajo de desarrollo personal detrás, al alcance de todos y, lamentablemente, usada por unos pocos, los más despiertos emocionalmente. No voy a extenderme mucho más, porque este tipo de intuición es el que más nombro en la mayoría de mis reflexiones, si queréis profundizar más os recomiendo leer mis posts.
No es fácil explicarlo y, por lo tanto, aún menos encontrar las palabras adecuadas, pero vamos a intentarlo.
Tanto la intuición como la percepción podríamos decir que son sinónimas porque suelen confundirse o no distinguirse las sensaciones, aunque la intuición podría aplicarse en el sentido positivo o puro de las cosas y la percepción podría estar ligada más a los intereses egoístas. Ambas se tratan de una sensación de anticiparse al peligro. Percibir las emociones es una facultad del instinto de supervivencia de las especies vivas, para sobrevivir en el medio y protegerse de los peligros. En el caso del razonamiento humano o la paradoja humana, mejor dicho, según cuál sea el nivel de influencia positiva o negativa de un individuo, será capaz de razonar más o menos espontáneamente.
Digamos que la intuición es más certera, aunque requiere de años de experiencia para conocerla y aún así no nunca se llega a controlar su potencial por completo, porque mientras sigamos respirando seguiremos aprendiendo cosas nuevas que detectar. La percepción espacial, sin embargo, es más superficial y suele poseer a los más impulsivos, corriendo el riesgo de convertirlos en prepotentes, narcisistas, en fin, podríamos decir que son humanos no resueltos porque no llegan a desarrollar la verdadera intuición por culpa de su impulsividad. O de haber recibido una mala educación, porque todos nacemos ingenuos y en función de nuestras cultura, experiencia o, incluso, una sobredosis de sustancias psicotrópicas puede condicionar nuestra educación para volvernos más o menos sabios o ignorantes. Y los humanos no resueltos creen estar en posesión de la sabiduría que nadie tiene y en la mitad del tiempo que se requiere por naturaleza para adquirir dichos conocimientos, normalmente por una influencia negativa o una sobredosis psicotrópica.
Los tipos de intuición vendrían a ser como el radar que llevamos en nuestro interior, las especies vivas, para protegernos de los peligros antes de que ocurran, a través de señales o patrones que puedan darse en determinadas circunstancias, y que son apreciables en función de la observación con la mayor calma y equilibrio posibles. La diferencia para detectar los tipos de intuición vendría dada por el grado de humildad de cada individuo.
Si se os ocurren más tipologías de intuición o patrones de percibir las emociones, os agradecería que dejaraís vuestras aportaciones en los comentarios. De esa manera, entre todos, aprenderemos a desarrollar el nivel de percepción de nuestras emociones para anteponernos a situaciones de riesgo, cuando llegue el momento.