Cuantos más humanos conozco más estoy convencido que tengo un don, el don de tratar a los demás como ellos tratan a su vez.
El respeto y la tolerancia son unos hechos paradójicos en los tiempos que corren, porque debido a la desconfianza y al caos social de los intereses personales y los prejuicios, está a punto de explotar la burbuja (sino ha explotado ya) de la independencia emocional.
El radar emocional es una percepción extra sensorial que se adquiere por experiencia y se activa por naturaleza, anticipándose como respuesta asertiva a un comportamiento cognitivo disonante cuando alguien nos hiere o nos contradice sin argumentos fiables.
A partir de ese momento, en lugar de ponernos a la defensiva, el radar encontrará las palabras o los actos adecuados para contrarrestar rebajándose al mismo nivel intelectual que él interlocutor, pero sin necesidad de darle importancia, lo bombardeara escuetamente haciendo uso del léxico superlativo, basándose en argumentos reales, para derrocar aquellos argumentos que sean tóxicos o malintencionados.