Ninja Altamente Sensible

Por difícil que parezca, todo tiene solución excepto la muerte y los cambios, y los cambios no necesariamente tienen que ser para mal con una actitud positiva y receptiva. Porque cuando se está pasando una situación de dolor o sufrimiento todo parece incierto hasta que el tiempo, tarde o temprano, pone todo en su lugar. Y es entonces, cuando obtenemos la mayor de las recompensas, el conocimiento de haber vivido semejante experiencia.

Para los escépticos que no hayan tenido una mala experiencia o los sufridores que la estén pasando mientras estén leyendo estas líneas, es muy probable que se muestren más escépticos  e incluso molestos porque piensen que no se de lo que hablo. En primer lugar, disculpas porque, en cierta manera tienen razón, a pesar de los patrones solo cada individuo conoce la magnitud de sus preocupaciones pero, en segundo lugar, siguiendo esos patrones de conducta sociales bastante similares en la mayoría de especies, mi mensaje no tiene más intención que el de ser alentador partiendo de la base de haber sido un superviviente más de batallas pasadas por abuso emocional que han servido para concienciarme de futuras batallas que puedan presentarse. Porque de eso se trata la vida y la lección pendiente de las batallas que libramos,  de aprendizaje para ir mejorando nuestra calidad de vida en función las elecciones según nuestras necesidades e ir sufriendo un poquito menos cada vez. Sin perder la ilusión del primer día porque, aunque resulte paradójico, lógicamente cuanto más aprendemos más cerca estamos de nuestro final definitivo y hay que vivir lo más intenso posible, evitando tomar atajos fáciles, para compensar lo corta que acaba resultando la vida.

Sacando siempre el lado bueno de las cosas, incluso de la parte más amarga, porque si nos centramos en el lado malo, tenemos dos problemas; el que nos hace sufrir más la agonía en la que nos arriesgamos ahondando en los sentimientos negativos. Mientras que, tratando de sacar un lado bueno, aunque sea sin éxito, ya será un paso mucho más satisfactorio que no hacer nada. Además, el hecho de estar o ser una persona vulnerable no es nada malo, al contrario, es señal de mostrar una sensibilidad proporcional a la experiencia de cada uno y es lo que corresponde a tener empatía.

Personalmente, el sentimiento de haber sufrido abuso emocional no solo me ha enseñado a tomar mejores decisiones, sin arrepentirme de las pasadas por malas que fueran, puesto que gracias a estas me han ayudado a la siguiente conclusión. A tener la experiencia sólida de mejorarlas de cara al futuro, dándoles valor desde el mínimo detalle presencial y saber cuándo hay que confiar, sin menospreciar en lo que no. Todo ello acompañado de una gran sensibilidad que aumenta con el paso de la experiencias y el valor de agradecimiento de mantenerme invicto en mis propósitos y con quienes aportan el mismo valor mutuamente.  

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