Posiblemente no haya ningún vehículo tan antiguo, con diversidad de disciplinas, como la bicicleta y que además sea el vehículo del futuro por mantener las cualidades de ser sostenible para el medio ambiente y la salud.
Si el vehículo del futuro se inventó en el pasado, no es casualidad. ✨🥷
#ReflexionesNinja
Y es que montar en bici son todo beneficios porque, a la vez que hacemos ejercicio, nos permite desplazarnos distancias en menor tiempo de lo que lo haríamos a pie, y sin contaminar el medio ambiente. Además, propulsados con la energía de nuestro cuerpo, sin más coste económico que el de alimentarnos proporcionalmente al esfuerzo realizado.
Desde que se inventó, hace 200 años, alrededor de 1890, la bicicleta ha sufrido múltiples cambios y diversas disciplinas como practicantes ha tenido y sigue teniendo cada vez más. Lo único que nunca ha cambiado es su funcionalidad básica que comparten todas las disciplinas y la hace tan respectiva y única; impulsarse con la fuerza de las piernas del ciclista, para generar su propia energía limpia, sin depender de nada más, así de simple, a través de unos pedales que mueven los piñones y platos, mediante una cadena de transmisión.
Esa energía provocada por la fuerza humana, además de limpia y pura, no solo es el resultado de provocar buenos hábitos y emociones equilibradas, regulando el metabolismo, fortaleciendo el sistema inmunológico y los músculos, a medida que se prolonga o se intensifica la duración del ejercicio. Sino que, además, no hay sensación más satisfactoria que realizarlo de manera tan natural y simple.

Como era de esperar, las nuevas tecnologías, han tratado de reinventar el vehículo más antiguo de la historia. Acoplando, nada más y nada menos, que un motor de asistencia al pedaleo; nace la eBike.
Las bicicletas eléctricas, como se suelen llamar, están marcando toda una revolución en el deporte y no precisamente para mejorarlo, sino más bien están generando polémica por poner en entredicho el rendimiento humano, o al menos, de manera natural. Y es que, como he explicado más arriba para entrar en contexto, toda fuerza generada de manera artificial para asistir a la fuerza natural, le resta el privilegio de sentir la satisfacción de superar las propias limitaciones, dependiendo las intenciones del ejercicio, al menos por méritos propios.
Lo cual, según mi opinión personal como aficionado al ciclismo, una bicicleta con pedaleo asistido jamás podrá sustituir la satisfacción de superar dichos límites sin asistencia alguna. Incluso aunque no se utilice o se utilice como ultimo recurso, solo el hecho de tener la opción fácil ya es una tentación para vencer por la vía fácil a esos demonios que te visitan en un momento de apuro y no tienes más remedio que seguir adelante, sea montado o empujando, la voluntad y el orgullo propio son superiores que activando la asistencia.
Por lo tanto, es obvio reconocer la desigualdad «bicieléctrica» respecto las tradicionales por cuestiones físicas de lógica, aunque sea una asistencia opcional, como un vehículo más de la familia de los ciclomotores. ¿y, sino, para que la quieres? si quieres deporte y reto, dale gas mientras aguanten las patas y el día que peten, asístelas. De hecho, en las competiciones ciclistas, las bicieléctricas, tienen su propia categoría aislada de las tradicionales, retrasando su salida unos minutos y contabilizando en una clasificación propia.
No obstante, la disciplina de las «bicieléctricas» tienen una serie de ventajas para el desplazamiento urbano, sobretodo en verano, evitar sudadas innecesarias, aunque también no hace falta decir que es importante evitar las solanas de olas de calor. También son una ventaja para personas con cierto grado de discapacidad, lesiones, edades avanzadas o vulnerables al ejercicio físico por el motivo que sea.
Aprovecha la aptitud física mientras dispongas de ella,
porque con el tiempo, es lo único que no podrás recuperar, ni sustituir.
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