Desde la incursión del cine el 28 de diciembre de 1895, el mundo audiovisual ha evolucionado muchísimo, especialmente durante el siglo XXI gracias a la tecnología e Internet.
Personalmente, tomé interés por esta rama a finales de los 90 y principios de los 2000, con un Pentium III, una tarjeta gráfica Matrox y una tarjeta sintonizadora Pinnacle, si mal no recuerdo. Para hacer pequeños montajes caseros personales, para familiares y amigos.
Editar vídeo y audio son dos oficios diferentes en la rama audiovisual de imagen y sonido en la carrera tecnológica, al menos así era a principios de los 2000. 25 años más tarde ha derivado en diversas ramas y carreras, siendo incluida en la de bellas artes incluso, integrando el diseño de los storytellings.
Con los avances tecnológicos y sociales, también se ha vuelto más accesible para todos los públicos e incluso desvirtuándose un poco con la diversidad de ideas para generar contenido, renombrando el nombre a creación de contenidos, reconociendo a sus autores como creadores.
La facilidad para crear contenido gracias a las redes sociales y las diversas plataformas con sus respectivos procedimientos, han generado multitud de proyectos y microrelatos para contar historias y la oportunidad de monetizarlos con las visualizaciones para ganar dinero con las creaciones, hasta en tiempo real, lo que significa la creación de multitud de puestos de (tele) trabajos autónomos con sus ventajas y desventajas competitivas que conlleva.
Las ventajas productivas es la autonomía que conlleva la oportunidad de cooperar diversas inspiraciones creando proyectos ricos en ideas. Las desventajas, como en todo, es que la oferta y demanda de un mercado en auge corre el riesgo de desvirtuarse por el intrusismo de los oportunistas.
Si te emociona lo que haces, estás creando
sino estás obedeciendo.
#ReflexionesNinja
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