Una de las paradojas más redundantes del siglo XXI es el ahorro. La mayoría de personas se preguntan cada vez más cómo ahorrar en un “primer mundo” desbordado de impuestos y bombardeos narzis, haciendo malabares para llegar a fin de mes.

En primer lugar, la regla más básica y sencilla de todas es gastar en función del dinero que tengamos. Si no tenemos dinero, no se gasta y, por supuesto si es mínimamente prescindible, evitar los créditos a plazos.

En segundo lugar, la regla más lógica de todas se trata de gastar únicamente en lo que necesitemos. Resulta lo más obvio pero, sobre todo, en ciudades sofisticadas cada vez más encuentran la excusa de pedir un crédito sin pensarlo dos veces.

En tercer lugar, es importante planificar un presupuesto, anotando los ingresos, gastos y pendientes por orden de prioridad y necesidad. Tanto los grandes cargos, como los cargos pequeños. Reservando un % proporcional para un fondo de pensiones o en una hucha, como cuando guardábamos la paga semanal de pequeños.

Para terminar, tener una previsión para saldar las posibles deudas o financiaciones lo antes posible, amortizando el rendimiento del capital activo por encima del pasivo. También, aprender a gestionar concienzudamente los activos y los premios en cualquier momento, aplicando las 3 claves aunque seamos afortunados en las finanzas, ya que las inflaciones y los mercados económicos son tan volátiles como los intereses de las elites humanas.

La paz y la ciencia son la esencia de la economía, señora mía.

#ReflexionesNinja