Hasta el peor paisaje puede ser el más bello, si lo miramos con la ilusión del primer día. No hay bello ni feo, todo depende de las ganas de (re)explorar.
Hasta el peor paisaje puede ser el más bello, si lo miramos con la ilusión del primer día. No hay bello ni feo, todo depende de las ganas de (re)explorar.