No se puede competir contra una persona que no compite, porque disfruta de la libertad con pasión.
No se puede competir contra una persona que no compite, porque disfruta de la libertad con pasión.
La diferencia entre juzgar y opinar es que el que juzga cuestiona las vidas ajenas y el que opina ofrece ayuda y/o se deja ayudar.
El mejor tributo es la empatía porque nadie es dueño de nadie ni nada, al estar de paso por la vida.