El Premio Nobel de medicina Richard J. Roberts pone de manifiesto en una entrevista en La Vanguardia que muchas de las enfermedades que hoy son crónicas tienen cura, pero para los laboratorios farmacéuticos no es rentable curarlas del todo, los poderes políticos lo saben, pero los laboratorios compran su silencio financiando sus campañas electorales.
Este podría ser el titular del interés capitalista por encima incluso de la vida de los seres humanos “El Farmaco que cura todo no es rentable”, dejo el enlace linkeado a la fuente de la entrevista porque sobran las palabras. Me parece una grave acusación y no sé hasta que punto será cierto, pero el caso es que no me extrañaría nada, muy listo no soy pero, precisamente algo he ido deduciendo a lo largo de observar con los años y, por este motivo, es por el cual odio medicarme a no ser que sea estrictamente necesario o imprescindible, aunque suene a locura, prefiero morirme de un dolor de cabeza o estar postrado un día entero en la cama, alucinando febrilmente si hace falta, con el fin de mejorar y recuperarme antes que medicarme con sustancias que no hacen más que cronificar la enfermedad patológica que se padezca. Así como ir al médico igual, que es el principal responsable de diagnosticarnos un buen o mal diagnóstico que condicione nuestras vidas. Evidentemente, no estoy diciendo que no se tenga que ir al médico o que sea malo medicarse, hay que ir y buscar la forma de buscar remedio. Pero, también, lo que quiero decir es que hay que escuchar un poco más las señales que nos envía nuestro cuerpo, porque la naturaleza es sabia y sabe en cada momento lo que necesita y, a partir de ahí, obrar en consecuencia de la gravedad de las señales.
Por ejemplo, en los talleres mecánicos pasa algo parecido, especialmente con las franquicias, cuando llevas el coche a que le hagan una simple revisión o un ajuste de manguitos, etc, algo leve sin importancia y a la recogida del vehículo con su respectiva factura engrosada por algún otro desperfecto detectado, o al poco tiempo de sacarlo del taller arrastra algún problema que no esté claro que lo cubra la garantía porque sea considerado consumible o haya expirado la misma. No dejan de ser coincidencias que podrían ser causadas por la picardía de los intereses humanos y, por tanto, no hay que dejar de estar alerta.
Con los médicos pasa lo mismo, valga la redundancia. Si la acusación de esta entrevista es real, confirmaría mi deducción de hace años, cosa lógica si lo vemos desde la perspectiva del capitalismo egoísta. Porque, lamentablemente, es muy triste que todas las industrias miren más por el dinero y el interés personal, que por el servicio a la comunidad que prestan a las personas, que es a lo que se deben o deberían deberse principalmente. Porque vale, en este mundo vivimos para sobrevivir, para alimentarnos, para mirar por nosotros mismos y nadie regala duros a pesetas pero, si algo hay que nos destaca por encima del resto de las especies vivas, es la evolución del razonamiento para sobrevivir cada vez con mayor calidad de vida, en lugar de llegar a unos niveles de ambición personales que se convierte en una crueldad hacia el prójimo, por ejemplo la gestión gubernamental de algunos o la mayoría de países desarrollados.
Todo tiene un precio, para bien o para mal. #ReflexionesTécnicas