Debido a las delicadas circunstancias que atraviesa el país llevo bastante tiempo reflexionando lo escatológicas que son algunas opiniones cuestionando los debates que no comparten hasta el punto de perder el respeto. Y sin ánimo de convencer a nadie, me gustaría aportar mi opinión constructiva desde una perspectiva abierta.
Me da mucha pena que España haya cometido errores democráticos desde la caída de su antiguo imperio que han llevado a la división social entre sus habitantes, pero me da mucha más pena que Catalunya haya seguido por el mismo camino con la excusa del nacionalismo independiente.
Necesitamos un cambio de mentalidad TODOS y dejar atrás los estigmas del fascismo, la republica, y la independencia, hay que darse cuenta que la mayoría de las ideologías son “el mismo perro con distinto collar”, lo cual demuestra que no somos tan diferentes dentro de las diferencias culturales.
También, habría que reflexionar para darse cuenta que por el hecho de CAMBIAR no es ir contra nuestros principios ni contra los principios luchados, al contrario, CAMBIAR es darse cuenta de que la verdadera lucha para evolucionar democráticamente es olvidar nuestras diferencias para así poder pasar página aprendiendo de los errores del pasado sin necesidad de borrar la memoria histórica.
Entiendo que, intentar CAMBIAR o PASAR PÁGINA, puede resultar una sensación nostálgica o incomoda, pero lo único que habría que hacer es cambiar la expectativa más que como un “abandono o ataque” de nuestros principios, hay que verlo como una opción de evolución saliendo de la zona de confort para mejorar la calidad de esos principios.
Siempre digo que no me gusta hablar de política y termino haciéndolo, justificándome como si rehuyera de quienes temen hablar del tema por los prejuicios y la falta de autocritica, y por temor a salir de esa zona de confort se acaba convirtiendo en tabú. Lo cierto es, que la política forma parte del razonamiento evolutivo y no deberíamos tener ningún temor a hablar, porque precisamente hablando es como se entiende la gente y callando se otorga. (Aunque hay veces que es mejor otorgar que discutir con imbéciles).
Se acabaron las contemplaciones de votar por lo más conveniente. España y Catalunya necesitan un cambio para salir de la zona de confort y reconciliarse, empezando por el pueblo, que somos el reflejo de nuestros representantes.
La lección más importante de la vida, consiste en abrir la mente conociendo nuevas culturas y costumbres para darse cuenta que no somos tan distintos. Las únicas fronteras que nos imponemos son simples “trapos de color”, defendidos por la ley y alimentadas por leyendas histórico-culturales del pasado que, por mucho que nos lleve a la euforia, no nos darán de comer. Es bonito soñar, pero también hay que ser realista y la realidad es que el ser humano debe volver a aprender a convivir en sociedad para coexistir por naturaleza.
Por supuesto, no intento cambiar el mundo ni tener la razón, pero se podría decir que, una vez más, gracias a la tecnología, tenemos a nuestro alcance un gran poder para dialogar democráticamente y avanzar en el cambio que necesita la sociedad actual.
Confiando en la siguiente generación que se encuentra madura para tomar el mando y desbancar a la vieja escuela derrocada por los años. Pero es posible que muchos sigan criticando la única opción de cambio transparente que se esperaba desde hacía mucho tiempo, y cuando tenemos la solución delante nuestro, no queremos/interesa verla por miedo a salir de esa zona de confort, porque tenemos unas gafas de rosa puestas para solo ver lo “más vale malo conocido, que bueno por conocer”.
Siempre he dicho que apoyo las causas desfavorables, pero no apoyo algunas acciones opresoras, sean del color que vistan, por supuesto, se puede y se debe dar ejemplo sin cometer los mismos errores. Hablamos de personas, de ideales, todos tan respetables como el que más, siempre y cuando respeten las normas de convivencia básicas, en lugar de estar revueltos y divididos, sería mucho mejor estar unidos y bien avenidos aunque pensaramos diferentes. Porque lo que está mal no es la ideología, es la ley y para modificarla primero hemos de modificar nuestra conducta, la educación.