Me siento triste y decepcionado por la situación que vive mi país ESPAÑA en conflicto con la tierra que me dió a mí el ser CATALUNYA.
Desde que era solo un niño siempre escuché los típicos chascarrillos ‘made in spain’ cuando viajaba a la tierra que me ayudó a abrir la mente LA ALCARRIA.
Al principio parecían no tener importancia, los comentarios picantes de aquellos lugareños que comentaban el contraste de las tradiciones culturales como si de una tribu silvestre se tratará cuando ven al hombre blanco y capitalista por primera vez.
Mi inocencia perdida no comprendía porque se fijaban algunos tópicos si eramos todos iguales, de carne y hueso quiero decir.
Sin malicia alguna, más que ofenderme, me sentía adulado porque me sentía orgulloso de que mis rutinas fueran conocidas, pero ofuscado de que no fuesen realmente reconocidas.
Pero con el tiempo, los comentarios fueron extendiéndose a otras zonas y yo seguía sin comprender porque algunos lugareños se ofendían por los logros ajenos y se alegraban por las desgracias ajenas.
Según transcurrían los años, la situación se volvió insostenible por la falta de empatía de unos y la rebeldía de otros, enfrentandose por ideales de cartón y trapos de color.
Quizá tengan razón o no… unos por defensa y otros por orgullo, en una disputa sin fín que arrastran desde que los pedos se tiraban con catapulta. El pasado debe servir para aprender de los errores, no para vivir de ellos.
Y los que de verdad deben solucionarlo, observan como si fuera una pelea de gladiadores. Y yo me pregunto; ¿en que momento del camino se nos olvidó que da igual de donde seamos sino a donde iremos juntos?
Las cosas nos irían mucho mejor si nos levantaramos con una sonrisa puesta, hasta que nos acostaramos, de oreja a oreja y dando nuestro brazo a torcer con el simple hecho de no esperar nada, más que un gesto de complicidad.
Todo nos iría mucho mejor si fueramos más humanos, si nos alegrasemos del éxito ajeno y sin hacer sentir culpable a nadie de nuestros fracasos.
Todo nos iría mucho mejor si fueramos con la verdad por delante sin falsas apariencias disimuladas.
Todo nos iría mejor si vivieramos más el presente sin pensar en lo único que no existe.
Todo nos iría mucho mejor si pensaramos más como servidumbre, que como falsos galanes.
Todo nos iría mucho mejor si viajaramos más y criticasemos menos, porque eso nos ayudaría a comprender los puntos anteriores.