La dieta «narzional» de la inflación

En primer lugar, quiero aclarar el juego de palabras del título del post, que no es casual como buen titular, no debería hacer falta pero últimamente entre los bots y los pielfinas sacan de contexto lo que sus capacidades no comprenden y, además, mi mente puede ser demasiado ingeniosa. Haciendo referencia a la expresión «del gordo» y la paradoja de ser una estrategia narcisista más que un premio altruista y jugando con la gramática para resumir las palabras con cierta relación como «nacional», «narcisismo» y «nazi» en una sola palabra.

El primer sorteo de Lotería se celebró en la Plaza de San Ildefonso, donde se ubicó la sede de Loterías. Tuvo que pasar casi medio siglo para que llegara nuestra Lotería Nacional. Fue en 1811, en Cádiz, cuando se aprueba su creación. La lotería encajaba a la perfección en la política de incremento de tasas e impuestos y de establecimiento de monopolios

El premio de la lotería nacional, tal cual como la conocemos, nació en Cádiz en 1811, por iniciativa de Ciriaco González Carvajal, para aportar fondos a la Hacienda Pública, que se quedó resentida por la guerra de la Independencia. La Real Lotería Nacional de España fue creada por instrucción de 25 de noviembre de 1811.

Mucho antes, en 1763 y con ánimo de recaudar fondos para el Real Erario sin quebrantar aún más los bolsillos de sus súbditos, Carlos III instituyó una suerte de tasa sobre el juego, vista antes en Nápoles y que conocía bien. Con el fin de aumentar los ingresos de la corona, regulando y prohibiendo el resto de juegos de ocio, que encajaba a la perfección con la política de incremento de tasas e impuestos y establecimiento de monopolios, como la venta de tabaco, que aplicó al subir al trono.

La instauración no fue sencilla, pues la iglesia se oponía a cualquier juego de apuestas instaurando su propia lotería también poco después, a lo que Carlos III se anticipó a las criticas decretando que el premio de la lotería sería de carácter benéfico para sufragar hospitales, servicios y obras públicas. El funcionamiento de la lotería de antaño no dista mucho de la loteria actual, motivo por el cuál ha sido acuñada actualmente de «lotería moderna» para distinguirla de la extinta primitiva de 1862.

En el lenguaje coloquial se decía «caer el terno» como en la actualidad «tocar el gordo».

El riesgo de apuesta era mayor y diferente antaño, pues el resultado no era proporcional sino que se fijaba una cantidad, tanto para jugadores como para la real hacienda. También, para evitar los premios cuantiosos se procedía al cerrado de los números más demandados. De ahí surgieron las expresiones «tirar la casa por la ventana» o «no volver a hilar más».

Cuenta la leyenda y algunos autores que la incertidumbre en la administración estatal de lotería y los límites fiscales fueron uno de los factores que llevaron a las Cortes gaditanas de 1812 a aprobar una nueva lotería, más previsible y de ingentes cantidades recaudatorias; billetes de lotería fragmentados en décimos. Celebradas en Cadiz el 18 de diciembre y previamente el 6 de diciembre se otorga autorización al gobierno para celebrarlas donde donde se crea más útil y ventajoso. A partir de entonces, la nueva denominación indicaba que el pagador ya no era el rey, sino la nación.

A partir de 1814 se celebra el primer sorteo en Madrid, aparte del sorteo nacional de Navidad cada 22 de diciembre, también se celebra cada jueves y sabado. Entre otros premios como la primitiva, la bonoloto, la quiniela deportiva, los «rascas» y un sinfín de loterias y premios regionales. Al final con la globalización de la democracia, nobles y obreros, todos quieren pastel justificando sus intereses, creando una democracia alternativa llamada libertinaje.

Objetivamente, las loterías no dejan de ser un refuerzo positivo de los narzisistas para depredar a sus presas. Actualmente no solo por el estado de la nación sino también por cualquiera que desarrolle el lado oscuro de la picaresca, consciente o inconscientemente, normalizado por las tendencias sociales y criminalizando el sentido común del esfuerzo honesto.

La mejor lotería es el trabajo y la economía de cada día, señora mía.

Si no juegas, ya has ganado y si trabajas, no saldrás de pobre, pero

tendrás un propósito para vivir cada día.


Descubre más desde The Kemix

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.