Los 5 errores más comunes yendo de aventura

Llevar exceso de equipaje.

Los “por si acaso” es el mal del veterano por supervivencia, más habitual de lo que parece, incluso entre algunos veteranos que se reinventan. La regla de oro del equipaje de ropa son 3 mudas; la muda puesta, la de quita y pon y la de relax, en invierno o travesías de meses podemos contar con una muda de más. La ropa interior, por uso y volumen podemos hacer la excepción de llevar el doble.

Tener en cuenta el uso de las herramientas que vayamos a precisar habitualmente o que podamos adquirir temporalmente contando con la infraestructura que podemos encontrarnos. El peso máximo de una mochila se sitúa en el 10% de nuestro peso corporal, en el cicloturismo podemos cargar algo más pero teniendo en cuenta que también hay que soportarlo en las pendientes elevadas, sobre todo cuando empujemos la bici.

Estrenar calzado o llevar calzado inapropiado.

Es importante haber acomodado, al menos, un par de puestas del calzado que vayamos a utilizar, un calzado cómodo, que se adapte a la fisiología de nuestro pie. No menos importante el calcetín que vayamos a usar, un calcetín cómodo y técnico, que seque fácilmente, sin costuras para evitar rozaduras y heridas.

Aunque si bien es cierto, actualmente, el calzado ha mejorado muchísimo y el confort de fabricación actual no es el mismo que hace décadas atrás cuanto menos. Un calzado técnico moderno bien escogido a la hora de la compra, puede resultar más cómodo y confortable sin necesidad de haberle hecho tantas puestas como antaño.

Llevar una mochila no ergonómica

Lo mismo ocurre con las mochilas y resto de ropa técnica actuales. Las mochilas de la actualidad son más ligeras y optimizan mejor el volumen de equipaje, en comparación con aquellas viejas mochilas de cuero y tela gruesa, para asegurar la resistencia, pero que pesaban el doble y, si se mojaban, el triple. Cuando se suman kilómetros, se agradece una mochila lo más ligera y ergonómica posible.

La ropa se recomienda que sea técnica sin costuras porque, además de prevenir rozaduras innecesarias, es más ligera y seca antes con los lavados. También está la lana de merino, algo más cotizada, que abriga para tiempo fresco y evita olores a sudor o humedad, en comparación con los tejidos de algodón.


No llevar agua o bebida isotónica

Hay que hidratarse siempre en las travesías y calcular el agua necesaria según las distancias que vayamos a recorrer, al menos cada 20-30 minutos, e incluso contar con alguna bebida isotónica o tabletas de sales minerales para compensar la deshidratación del sudor. Por lo que hemos de tener en cuenta reservar un espacio en la mochila para un bidón de 650ml o 970ml, según las distancias a convenir.

No llevar botiquín

Para curar las ampollas o prevenirlas cuanto menos, pero también para reparar el daño de cualquier otra indisposición que pueda surgir durante la travesía. No es ninguna rareza poder sufrir cualquier rasguño tras alguna caída o enganchón con alguna maleza o incluso alguna picadura de algún insecto, como garrapatas, mosquitos, chinches, etc.

Por lo que es indispensable un básico de tiritas de varias formas y tamaño, gasas limpias para curar y limpiar, una pequeña tijeras para cortar las gasas o pieles muertas, toallitas limpiadoras y humedecidas con antibiótico y un pequeño kit de costura que sirva tanto como corte y confección si perdemos un botón, necesitamos coser como emergencia una herida profunda o usar la aguja para drenar una dolorosa ampolla.

¿Se os ocurre algún error típico más o que fallos habéis cometido vosotros? Contádmelo en la caja de comentarios.


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