El auténtico valor de las acciones no está en la fortuna y gloria del exterior, sino en la nobleza de las intenciones.
El auténtico valor de las acciones no está en la fortuna y gloria del exterior, sino en la nobleza de las intenciones.
Vivimos en un mundo en que las personas buenas deben rehabilitarse después de convivir con personas malas que no quieren rehabilitarse necesitándolo más.
Lo contrario al respeto mutuo por conveniencia, es la falsedad y la hipocresía.