Para alcanzar una sociedad democrática de pleno respeto y tolerancia, debemos empezar por ser fieles a nosotros mismos, sin esperar más de la cuenta del prójimo ni actuar pensando en el que dirán.
Para alcanzar una sociedad democrática de pleno respeto y tolerancia, debemos empezar por ser fieles a nosotros mismos, sin esperar más de la cuenta del prójimo ni actuar pensando en el que dirán.
Entrenar la mente desde pequeños hábitos rutinarios para liberar los pensamientos negativos que apresan nuestro «yo» introspectivo en relación con los conflictos ajenos.