Mès que un club, o un club más.

Si hay algo que detesto más que la política, es la polémica entre las culturas sociales mezclando política con deporte, y es que esta semana se ha confirmado el patrocinio de la firma “QATAR” con el F.C. Barcelona, otra joyita de este nuestro presidente Rosell que se quiere lucir con las mismas muestras de bondad que criticaba del anterior, bajo la excusa del deficit de pagar las deudas, nominas y responsabilidades económicas del club, supuestamente maqueadas por la anterior junta, etc. Mi conclusión es que cada cargo barre hacía sí mismo y qué, como la gestión anterior del Sr. Laporta, nadie podrá llevar el club tan estable con principios de liderazgo, nacionalista, estable y saneados, por mucho que digan, aunque también tengo que decir, que en el ultimo año se le terminaron subiendo los humos de la popularidad que terminó aprovechándolos para interés propio. Sino hubiera sido por ese desliz hubiera sido la candidatura perfecta de una gloriosa época barcelonista, en la que perdura aún los triunfos deportivos y tiene un bonito futuro por delante, que como culé y catalán es un orgullo que se me llene la boca de esta manera, unos verdaderos principios de un sentimiento que, actualmente el Sr. Rosell, está a punto de tirar por la borda (creo yo) por culpa de ese resentimiento de las situaciones personales entre él y el Sr. Laporta, cuando al principio de la candidatura intentaron compartir proyecto con ideas diferentes de liderar.

La cancelación del proyecto fooster de restaurar el Camp Nou, la denegación de la presidencia de honor de Johann Cruyff, el patrocinio remunerado de unos colores que representan algo más que unos colores, un sentimiento!  Entre otros motivos, este señor presidente se ha cargado los proyectos estables a largo plazo, que se quedó en el tintero de la anterior junta, porque llevan su tiempo, y que en mi opinión como la de muchos barcelonistas, es un bien que se merece este club, porque es mès que un club con meritos propios, reconocer y renovar el mejor campo de España y tercero de Europa para mantener viva la buena imagen del club y de la ciudad, la representación honorífica que merece la figura de Johan Cruyff de sacar lo mejor del fútbol de “La Masia” y que sigue con el ejemplo su aprendiz Guardiola en aquellos tiempos, actual míster prodigando con el ejemplo y profundizando totalmente con la cantera como buen ejemplo de canterano.

Y en cuanto al tema del patrocinio, surgen varias polémicas, la más mediática es la de firmar un acuerdo con una firma islámica que pone en peligro los valores morales de la sociedad respecto a la mujer, a la homosexualidad, y todas aquellas censuras puestas en el punto de mira por los derechos humanos que no respeta dicha cultura, que se pone de manifiesto junto con una cultura que es todo lo contrario, como es la catalana (y de rebote la española). Pero este tema lo vamos a dejar de banda porque es lo que menos me preocupa, todas las culturas tienen sus más y sus menos, y aparte que no creo que interfiera tanto como cuenta la leyenda, así que no es tan importante, porque lo que realmente cuenta, es que a pesar de las diferencias sepan respetarse ambas culturas, cosa que ante la experiencia que tengo me surge la duda, pero sigo teniendo fe de que se produzca buen entendimiento, al menos hasta el momento.

Lo que de verdad me duele de todo esto, la verdadera causa que pone en duda el buen nombre de un club, de mès que un club, que nunca se había sponsorizado porque sus valores morales, filosofía y juego, eran, son y serán suficiente beneficiosos que representan una nación, un sentimiento, y como mucho había pagado por llevar publicidad de una ONG: UNICEF (solo Boca Juniors, argentino, me consta que también lleve dicho sponsor) cosa que honra a dichos valores y para cerrar bocas de la fama “la pela es la pela”. La camiseta blaugrana pues, se autodefine mejor con unos colores limpios de publicidad que no manche el buen nombre del club, y más si se trata de una firma mediática como es la sociedad islámica que puede conllevar (y está conllevando) polémicas intolerantes entre la sociedad.

Nunca me he considerado un fanático del fúbol, de hecho me ocurre como con el ciclismo, prefiero jugarlo que ver como lo juegan, aunque es cierto que el orgullo culé me acercaba a disfrutar de este deporte, pero en cuanto surgen las polémicas de patio de colegio pierde gran parte o todo su atractivo. Siempre llevaré los colores deportivos de mi ciudad natal ondeando en el corazón, pero me mantendré alejado de los seres humanos que no aporten nada bueno.

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