La depresión es como los fantasmas, muchos hablan de ella como justificación de la pereza pero pocos conocen sus síntomas. Y aunque sea complicado superarla, no es imposible manteniendo una actitud positiva firme y realizando algo de ejercicio regular que ayude a mantenernos en forma para luchar en silencio más que para pedir la ayuda imprescindible.
Estamos en la semana de la depresión, otra anomalía patológica del cuerpo humano, concretamente de la mente, considerado una de las enfermedades más trascendentales y de mayor importancia. Y es un tema que al estar relacionado con el poder de la mente, quiero hacer un homenaje a este tema, sin llamarle enfermedad porque realmente no es como tal, y dedicárselo y apoyar a evolucionar ese poder a quienes la padezcan, a evolucionar pensando siempre en positivo, a su favor y de quienes tengan cerca.
La mente [cerebro] es ese órgano tan complejo de estudiar y de averiguar su capacidad máxima de función, principalmente por comodidad, el humano es el único ser que ha experimentado evolucionar la mente más allá de las cuatro funciones básicas de supervivencia, y dados un punto estable de supervivencia parece conformarse con seguir evolucionando lentamente y experimentando diversos cambios mentales dependiendo de su estado anímico, de su educación, de su entorno, de diversas causas que puedan desarrollar los diferentes caminos por los que nos vemos encarrilados en esta vida.
Con todo respeto a las personas que padecen depresión crónica y el tratamiento que merecen, a no ser que se trate de algún síntoma degenerativo y hereditario, eso ya son palabras mayores fuera de lo común, que tampoco es grave, porque hay que pensar que todo forma parte del ciclo de vida, hay cosas que duran más y otras menos, pero ese no es el tema, que me estoy desviando. A los tipos de depresión mentales que me refiero, son los conocidos más comunes, cuando por alguna circunstancia recibimos malas noticias, nuestros deseos no son correspondidos, recibimos disgustos, recibimos malas noticias sobre alguna persona querida, tenemos un mal día, las cosas no nos salen como quisiéramos, etece, etece… mil ejemplos podría poner y cada persona tendría los suyos, tan respetables como el de cualquiera, porque cada mente es un mundo y tiene sus propias movidas para funcionar. Pero una cosa tiene que quedar clara, respetando a todas las mentes y todos los puntos de vista, precisamente por esas mil movidas que pueden haber y cada cuál de una prioridad diferente, pero la regla básica para ser feliz y hacer felices a los nuestros es, pensar siempre en positivo por muy oscuro que se vea el camino, incluso nosotros mismo habrá momentos que lo veamos oscuro, pero para eso tenemos a otras personas que pueden hacérnoslo ver claro de nuevo, y concretando más, lo que dice el refranero español de “a mal tiempo buena cara”, intentar poner buena cara cuanto más problemas tengamos, aunque tengamos que apretar los dientes, tarde o pronto pasará la tormenta y veremos la claridad de nuevo, pero para ello hay que ser fuertes, porque debilitarse y perder la esperanza no arregla el problema sino que lo empeora todavía más, y ser positivo con una sonrisa en la cara es más saludable que hundirse, para cuidar la salud que es lo principal para seguir cuidándonos de nuestras responsabilidades y llegar a vencer los problemas. Pensemos en positivo y siempre en adelante, nunca miremos por el retrovisor.
Está comprobado científicamente que el deporte ayuda a mantener ese equilibrio emocional, cuidando de nuestro corazón y eso se nota en la mente, porque regenera nuestros tejidos musculares y células que oxigenan nuestro cuerpo. Llegando a percibir las sensaciones de la dopamina y la oxitocina, que son las mismas hormonas de la fase del enamoramiento. Por lo que el deporte es la fuente de energía que ayuda a sentirnos jóvenes y vitales.
Aunque no solo el deporte es vital para mantener el equilibrio cuerpo – mente, sino también el apoyo de la nutrición y descanso. Nutrición 80% – Ejercicio (físico y mental) 20% y descanso 20% intercalando días días de entrenamiento invisible para relajar los musculos y entrenamiento social para relajar la mente.