La irá es un síntoma que si no se controla a tiempo puede convertirse en una enfermedad patológica. Una enfermedad que no es enfermedad pero, si no se trata a tiempo, los síntomas y causas que la producen, te pueden llevar a hundirte en tu propio mundo confuso.

Por eso el mejor psicólogo que existe es un buen amigo, o familiares que te apoyen, por eso yo, quiero agradecer a mi entorno que siempre lo tengo a mi lado cuando lo necesito, porque uno de mis peores defectos quizá es el mal genio, algo de lo que no me siento orgulloso, pero gracias a ellos siempre logro controlarme y comprender el porqué de las cosas, todo tiene un porqué y cuando una puerta se cierra es porque otra mejor está a punto de abrirse. Solo hace falta estar atento, a veces necesita ser empujada o hacerle un poco de palanca.

“Los nervios son la única cosa de la que no puedes librarte, perdiéndolos”.

Al contrario, por más que los pierdas menos te libras. Y cuando nos enojamos solemos caer fácilmente en decir cosas que jamás pensaríamos ni desearíamos, ni siquiera a nuestros peores enemigos, porque se nos calienta el paladar y tendemos a pensar en caliente sin meditar el acto, y esas sucias palabras, aunque no las pensemos realmente, duelen a la persona querida y provoca una arruga en su corazón permanentemente.

Nuestros corazones son tan débiles como una hoja de papel, si hacéis la prueba de hacer una bola de papel e intentar extender dicho papel de nuevo procurando alisarlo, comprobaréis que es imposible dejarlo completamente como era al principio. Pues lo mismo le pasa a nuestros corazones cuando reciben disgustos o malas noticias, son señales irreversibles que pueden llegar a ocasionar disfunciones patológicas en nuestra salud.

No es ninguna broma, ¿quién no ha oído hablar de alguien que haya sufrido un infarto cardiovascular después de recibir una mala noticia, un disgusto o simplemente algo que le provoca un fuerte shock? Porque los órganos más poderosos de nuestros cuerpo, son el cerebro que se encarga de mandar las ordenes de shock a nuestro sistema inmunológico que reacciona rápidamente en el centro de nuestro corazón, paralizándonos y dejándonos eso… en estado de shock, pudiendo ocasionar incluso la muerte porque no vuelvan a reaccionar los órganos.

Y cuando la ira llega a extremos tan radicales que sean considerados una enfermedad porque haya gente que no pueda reaccionar a sus sentidos racionales, estos suelen ser los maltratadores, pederastas, terroristas, acosadores, etc., que llegan a la violencia para tener esa vía de escape de su ira.

Por eso como medida de prevención para tener una mente equilibrada y saludable, siempre hablo del poder de la mente que ejerce uno de nuestros órganos más poderosos; el cerebro es el que manda las ordenes a nuestro cuerpo y al otro órgano poderoso; el corazón.

Aparte de intentar pensar  dos veces en nuestros actos antes de llevarlos a cabo, es bueno hacer una sesión de 15 minutos, mínimo, al día de reflexión sobre nuestras capacidades cognitivas, si nos sentimos conformes con las sensaciones de nuestro entorno, y de no ser así, reflexionar que podemos hacer para cambiarlo o expresarlo para que nos comprendan. Porque lo más importante para evolucionar racionalmente, es reflexionar, de la misma forma que lo hacemos para llegar a descubrir nuevas investigaciones y desarrollos que nos ayudan a mejorar, porque todo depende de los mismo, de nuestra mente, de nuestra imaginación, todo lo que está a nuestro alcance lo logramos porque; pensamos y luego existimos.