A medida que avanza el progreso se va descubriendo nuevos métodos para mejorar la calidad de vida, en cualquier aspecto, ya que la intención es realizar siempre más por menos con la falsa creencia irracional de que cuanto más abarquemos más fuertes no haremos, aunque en la mayoría de situaciones no siempre es lo más importante. La verdadera esencia de la naturaleza lo revela a la hora de centrarse en casa fase respectiva de autoconocimiento; nos alborotamos buscando soluciones cuando somos inexpertos o cuando algo no va bien pero, finalmente, nos estabilizamos buscando la tranquilidad cuando la situación está controlada, o creemos tenerla controlada, dentro de nuestra necesidades o posibilidades.
En el mundo del ciclismo pasa algo parecido con los componentes y accesorios. A lo largo de los años, al menos desde los años 90, que es la época en la que he sido más consciente, la evolución se ha centrado con la intención de mejorar entorno a la calidad y peso de los materiales, dependiendo la disciplina que practiquemos. El numero de disciplinas es algo que también ha cambiado con los años, de inventarse la bicicleta en 1785 por el alemán Karl Drais, con la intención de tener un vehículo más en que mejorar el desplazamiento humano, en general, hemos pasado a tener diferentes tipos de desplazamiento y disciplinas aplicadas a cada uno de los métodos (ciclismo de carretera, ciclismo de montaña, cicloturismo, ciclismo de paseo, ciclismo urbano, competición, etc.) cada uno de ellos con diferentes tipos de accesorios adaptados a cada terreno y uso respectivo.
En el deporte como en la vida, la fuerza física ( F = m · a ) es igual a la masa por la aceleración, lo cual si empleamos en mejorar nuestras capacidades físicas podremos acelerar mucha más masa que si, equivocadamente, nos centramos en rebajar la masa que movemos. Esto es porque nuestro cuerpo, la maquinaría más perfectamente del mundo, está preparado para adaptarse progresivamente al esfuerzo que realizamos, en función de ir aumentando progresivamente la carga. De esta manera seremos capaces de mover cualquier tipo de carga entre cero y el máximo al que hayamos entrenado, cada cierto aumentando dicha carga para adaptarnos al progreso. Mientras que, si de lo contrario rebajamos la masa que movemos, nuestro cuerpo se adaptará progresivamente mucha más lento, lo que tardará mucho más tiempo en tener el mismo tono muscular que con el procedimiento de entrenar la fuerza directamente.
Con esta teoría aplicada al ciclismo quiero hacer la reflexión de que cada vez se ha invertido más tiempo en mejorar la calidad y el peso para que la masa de los componentes para influya favorablemente en la formula física del esfuerzo realizado multiplicando el tiempo recorrido con la menor fatiga posible. Mientras que si siguiéramos entrenando en adaptar el tono muscular, estoy seguro que no existiría tanta obsesión por el minimalismo. A menos, que sea estrictamente necesario.
Por eso mismo, no quita el hecho que en diversas disciplinas determinadas se empleé el minimalismo para llevar más masa en menos cantidad y con menos peso. Un ejemplo de que mezclar diversas disciplinas mejora el rendimiento y la diversión, con la práctica del cicloturismo en la cual se lleva muchas más carga, dependiendo si utilizamos alforjas o bikepacking, mejoraremos y entrenaremos la fuerza de nuestros músculos para que sean capaces de mover con la menor resistencia y fatiga un peso menor, como sería el caso de los entrenos o desplazamientos sin carga, que sería más preciso para las mismas competiciones de crono que centrarse solo en el minimimalísmo de los recambios.