Es cierto que, la mayoría de las veces, la teoría suele ser más fácil que la práctica, porque requiere de un hábito constante. De ahí el dicho de que las acciones que requieren más constancia, son las que merecen más la pena y son más costosas. Y no es ningún tópico, lo que ocurre también es que cuando se viraliza un mensaje, aunque sea falso o un mal hábito, corre el riesgo de convertirse en verdad debido a la tendencia que acabe determinando.

Por ello, la clave para focalizarse en lo importante de verdad, es organizar las prioridades y mantener la mente ocupada para que divague lo menos posible de nuestros intereses, la meditación es un buen apoyo, y conforme se vaya consolidando el hábito irá costando cada vez menos. A partir de ahí, el resto de aspectos irán fluyendo de manera casi automática, para bien o para mal, por eso hay que procurar siempre dejar fluir lo verdaderamente importante y/o prioritario para nosotros. Evidentemente, lo importante de verdad puede diferir completamente de unos a otros, de ahí la importancia de dejar fluir para permitir atraer lo que corresponda en cada determinado caso.

De lo contrario o si acaba fluyendo lo negativo, es porque no hemos sabido gestionar del todo correctamente el autoconocimiento de nuestras prioridades.