Inventar máquinas para sustituir el esfuerzo humano mientras «se vive la vida» en un crucero, en una playa tomando mojitos o mirando la TV, es una idea equivocada de vivir la vida o de justificar la pereza humana por realizar trabajos inventados por simplificar lo simple de vivir realmente la vida con un cómo y un por qué.
No se trata de sustituir por completo las habilidades de trabajar, ni de etiquetar cada habilidad o tarea, para sentirnos más libres en nuestro descanso de ocio, sino el de responsabilizarnos de las tareas necesarias para sobrevivir como una necesidad en lugar de una obligación, porque eso es lo que nos diferencias como especie racional y disfrutaremos mucho más de la satisfacción de lograr nuestros objetivos por méritos propios en lugar de delegar hasta cuando delegamos.
No podemos permitirnos el privilegio de parar a descansar, ya que tendremos toda la eternidad para hacerlo.
Madre Teresa de Calcuta
Se está perdiendo la actitud de que el trabajo dignifica al humano, por el atrofiamiento muscular y cerebral que conlleva no mover un dedo promoviendo el progreso de la pereza. Sustituyendo el esfuerzo de conseguir los objetivos por la consecución en sí, es una paradoja que elimina la verdadera satisfacción.
Además, eso no es vivir, es perecer en vida directos a la extinción porque no aporta nada al ciclo de la vida. Vivir es tener derecho para ser libres pero, también, ser conscientes de nuestros actos, independientemente de lo que sea mientras sean acciones necesarias.