No me gusta ser clasista pero, definitivamente, la raíz básica del mundo se divide en dos clases de personas; los empáticos o héroes y los psicópatas o villanos. El resto de etiquetas son subcategorías irrelevantes por debajo de estás dos grandes categorías.
Los empaticos son aquellas personas que brillan con luz propia e inspiran a los demás, sin esperar nada a cambio, simplemente porque les nace de dentro, es su naturaleza, su propósito, su esencia.
Los psicópatas son personas desequilibradas que se dejan llevar por sus impulsos y por la sed de venganza, porque se creen el ombligo del mundo y usan cualquier excusa para salirse con la suya, sin escrúpulos.
La convivencia en el mundo se ha torcido de un tiempo a esta parte porque alguien que sufrió demasiado a lo largo de la historia se saltó el protocolo de las buenas pautas, de lo contrario el mundo podría haber sido algo mejor sin llegar a ser perfecto del todo.
Realmente no creo que existan personas malas o buenas, al igual que los momentos, aunque pueda parecer una contrariedad, tan solo es la percepción de los intereses respectivos de cada individuo, en función de las costumbres, la educación, la cultura, etc. además del instinto de supervivencia como especie viva, con el agravante del conflicto para aprender a gestionar la evolución del razonamiento.
Uno de los mitos que más se ha normalizado en la zoociedad, es el hecho de hacerse los duros para no sufrir, en general y aplicado con diferentes palabras o maneras a cualquier ámbito que se nos ocurra, para sucumbir al misterio de la personalidad haciendola más interesante si cabe. Por ejemplo, pecar y difundir la picardía como coraza porque el buenismo es demasiado vulnerable, ¿en que momento ser vulnerable es algo malo para alguien que ha evolucionado el razonamiento hacia «un ser superior» que ya no requiere de medios para protegerse instintivamente por supervivencia?
¿Si las personas malas no dejan de ser malas a tiempo completo, porque debería alguien bueno dejar de serlo por complacer a los demás? Y con está pregunta reflexiva cierro el post de hoy, dejando abierto a debate y la introspección individual de quién me lea.
A un heroe verdadero no se le mide por el tamaño de sus músculos, si no por la fuerza de su corazón. By Hercules (Walt Disney)
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