Soy agnóstico porque creo en la palabra de Jesús, en la de verdad, no en la que nos quieren hacer creer los mandamases que la expropiaron y colgaron a su líder para quedarse con su público.
De pequeño solía ir a misa, medio obligado por una sociedad que mantiene unas creencias irracionales, traicionando la esencia de unas palabras que no escuchan porque no observan ni experimentan las metáforas que habla el propio manual de autoayuda que defienden; la biblia.
En el tema de la religión católica, tenemos que diferenciar entre el Vaticano y la Iglesia. Al igual que en cualquier otra jerarquía, el ser humano tiene la fea costumbre de ser perversamente más narcisista cuanto más arriba de la pirámide se encuentra, y cuanto más abajo más humildemente empáticos. Siempre hay excepciones aunque, por suerte o por desgracia, lo buenos hábitos no suelen destacar tanto como los malos y, aunque las apriencias engañen, eso tampoco significa ninguna mayoría maligna, pero demuestra que el bien no necesita destacar mientras reine la felicidad.
La interpretación que hago la palabra de Dios, es que Jesus era un líder humilde y un pionero de la psicología positiva. En primer lugar, ser un líder no tiene que estar relacionado con saber mandar, ni ser jefe, como se ha establecido irracionalmente de un tiempo a esta parte y la psicología está en nuestra mente más o menos desarrollado. Para mí, Jesus, era una persona íntegra que sabía gestionar sus emociones desde la humildad, lo cual sin conocerlo realmente más allá de lo que cuenta la historia y las leyendas, dice mucho de su vocación como carpintero y de provenir de una família humilde que es evidente que lo educó con cariño, a pesar de no tener para vivir cómodamente y acabar naciendo en un portal, seguramente, con escasas condiciones de higiene. Esas penurias y dramas son las que se puede obtener dos lecturas; la fácil, victimizarse y rebelarse para exigir unas condiciones dignas sin dar más palo al agua hasta que te pongan las condiciones en bandeja de plata o, por el contrario, ser como Jesus y salir fuera de la zona de confort para fabricar el palo con el que dar al agua. Empezando por ser amable y buena persona, sonreír, hacer cosas por los demás sin esperar nada a cambio, sembrarse el huerto uno mismo y recoger los frutos o los favores de quién le ha prestado un favor antes. Es es la auténtica voluntad de Jesus, aka Dios, como consecuencia por la mala costumbre de quienes realmente prefieren lo fácil y no dar un palo al agua, siguiendo los pasos de otros en lugar de seguir los propios, con el tiempo, la voluntad acaba siendo idealizada y etiquetada como una pauta socialmente aceptada para bien, como una norma no escrita que hay que seguir como un rebaño sigue al pastor. Y dependiendo de cada pastor, sacará más o menos beneficio.
Y esa voluntad que tenía Jesus para hacer el bien y ser feliz, es lo que ha trascendido como fe, no solo en la religión católica sino en el resto de religiones e ideologías. La fe es la esencia de la voluntad en uno mismo. Posiblemente la práctica más narcisista que puede cometer el ser humano, ya no es el simple hecho de ser arrogante con sus propias ideas irracionales sino, la de arrebatar ideas ajenas irracionales o no e imponerlas al resto como propias. Por eso es tan importante la teoría como la practica, para hayar el equilibro comprobando todo lo posible por nosotros mismos, ya no solo porque nos preocupe si no para estimular las habilidades que nos sacan la satisfacción fuera de la zona confort.
La fama que tenía Jesus de ser o relacionarse con Dios y acabar convirtiendose en un Dios, no son más que leyendas urbanas de mentiras repetidas hasta que se convirtien en verdad. Realmente, la interpretación que saco de ello es que, Jesus como buen líder humilde, observaba y admiraba tanto la naturaleza que, posiblemente, se convirtió en un de los primeros filosofos que tuvo la intuición, mal llamada revelación, sobre el entorno en el que vivía, la creación y la inmesidad del mismo. Al vivir en una época en que el ser humano creía en cuentos de hadas y dioses, los narcisistas le dieron caza por convertirse en una amenaza de hereje contra el sistema, recién nacido entonces, y pasó de heroe a cero en un plis plas.
La frase que más recuerdo de los salmos de misa, posiblemente por ser la más repetida, es la que dice; «por mí culpa, por mí culpa, por mí culpa» esto puede dar a entender la falsa y negativa interpretación de culpabilizar manipulando, pero nada más alejado de la realidad, realmente si reflexionamos atentamente podemos interpretar que se refiere a ser responsable de permitir actos para bien conciente o para mal desde la ignorancia.
Hay otras frases biblicas muy reflexivas, como las de Mateo; «En medio de la tormenta, confía en Dios«. Muy ingenuo hay que ser para crear que vendrá Dios a sacarte las castañas del fuego, jajaja, realmente quiere decir, según la metáfora que, Dios es tu voluntad y la tormenta los problemas o malas noticias, con esfuerzo y tesón todo pasa.
La frase de Lucas 1:37 que dice; «La fe no hace que las cosas sean fáciles, hace que las cosas sean posibles«, precisamente descarta toda posibilidad del milagro y recalca que con el mismo esfuerzo y tesón se logran las metas.
Otra frase muy introspectiva cuando Mateo nos pide que amemos a nuestros enemigos y oremos por quienes les persiguen, la interpretación que saco de ello es que hay que amar a quién menos lo merece porque es quién más lo necesita.
Hay un salmo 37:23-24 de la biblia bastante interesante que dice; «El señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su forma de vivir; podrá tropezar, pero no caerá, porque el señor lo sistiene de la mano». Hace referencia a que si la voluntad se muestra con constancia y firmeza, a pesar de los errores que pueda cometer, se mantendrá intacta en sus propósitos.
Y la mayoría de citas de la Biblía, como el Corán incluso, nombran reflexiones introspectivas humanas semejantes aunque con diferentes palabras, costumbres o prácticas más o menos cuestionables pero, sin duda, con la misma esencia. Y en la actualidad sigue ocurriendo lo mismo, la mayoría de personas que expresan una opinión o un juicio sobre algo o alguien, utilizan a menudo conceptos diferentes o sinónimos políticamente correctos para referirse a las mismas cosas, en función de su educación, cultura, etc. Y, quizá, el miedo a reconocer que todos somos igual de diversos e imperfectos, acobarda a algunos pocos para reconocer los orgullos y los egos …y se acaba liando parda!!