Tener o no tener perro, esa es la cuestión

Para los humanos viajar es nuestra vida, para los perretes somos su vida. No hay nada más equilibrado que compartir tus viajes con tu mejor amigo.

Al margen de la cuestión moral de facilitar un habitat ideal para nuestro perro, entre tenerlo en un piso o una finca, ya que nuestro mejor amigo es tan noble que se adaptará a las necesidades de su líder, sea correspondido con la misma nobleza o con el interés egoísta (in)consciente de su humano.

Hay humanos que, seguramente sin malicia alguna, se deja el perro en casa porque no son admitidos donde quieren ir y no son conscientes que están siendo irresponsables con el compromiso a largo plazo que, se supone, han asumido. Seguramente, justificando e inducidos, por la creencia extendida y socialmente aceptada de que «el perro no hay que mezclarlo con el resto de tareas». Es una creencia irracional y egoísta, muy típica de postureo activista, decir que el perro forma parte de la familia y, al menor contratiempo, lo dejan tirado, puede que con buenos o mínimos cuidados si, pero lo dejan apartado, porque los perros no entienden de cuidados sino de contacto con su manada o família.

Efectivamente, el perro forma parte de la famila, manada para ellos, y como tal, debemos contar con él para TODAS (o la mayoría) de actividades que hagamos. De lo contrario, deberíamos pensarnos realmente si estamos capacitados para asumir semejante responsabilidad. Dentro de esa capacidad y responsabilidad deberíamos reflexionar, ANTES de adoptar un perrete, cuanto tiempo vamos a poder dedicarle para equilibrar sus instintos, contando con las ausencias como ir al trabajo, recados cotidianos o asuntos personales en los que no podemos atenderles, así como las condiciones de su hábitat y el tiempo que pasarán solos, para acostumbrarles progresivamente o enseñarles si deben encargarse de la vigilacia en nuestra ausencia sin sentir excesivo apego.

Un perro ocupado, es un perro equilibrado en soledad o en compañía.
#ReflexionesNinja

Cuando asumes semejante responsabilidad y, además, compartes con tu perro tus viajes y tus quehaceres cotidianos, incluso respetando a quienes no respetan a los perros justificando sus inseguridades y miedos irracionales, la vida cobra más sentido y encuentras el equilibrio y la armonía con el entorno. Porque aprendes a desarrollar las habilidades naturales que te transmite la consciencia canina, recibes el amor fraternal con la compañía de un ser como si fuera tu hijo o tu pareja, sin llegar a humanizarlo y respetando las diferencias como especie, obviamente.

Un perro, como cualquier otro animal, no es un juguete, ni un capricho, ni una moda y, sobretodo además del hábitat, hay que tener en cuenta qué buscamos y para qué necesitamos un animal. Cualquiera de ellos nos brindaran la misma esencia pero, en función del carácter, la energía, el espacio, el tamaño, nuestras costumbres, etc. independientemente de la raza se adaptará mejor o peor, y eso se reflejará en el equilibrio del perro y su receptividad para ser educado.

Un perro motivado, es un perro más saludable y tiene más afinidad a obedecer.
#ReflexionesNinja

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