Hemos escuchado muchas veces aquello de que la ficción supera la realidad, cuestionando cómo es posible que se pudiera prever algunas historias que se han llevado a cabo con el paso del tiempo, como si fueran producto de la videncia.

¿Realmente existe la videncia o el poder de prever el futuro?

Pues no, adivinar el futuro como tal es técnicamente imposible (aunque la telekinesis sería un debate aparte si realmente es cierto que la mente humana, ni ninguna que se sepa, que controle el 100% del poder mental) porque el ser humano puede resultar tan predecible como imprevisible. Debido a ello,  psicológicamente, si observamos el entorno cuidadosamente podremos obtener patrones de conducta que se repiten para obtener un objetivo o una serie de objetivos en sí, para anticiparnos o inducir con perseverancia si somos constantes.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

La observación y comprensión de los patrones de conducto puede ser utilizado para bien o para mal. Por eso es importante gestionar adecuadamente las emociones para no cruzar el lado oscuro ni provocar perjuicios ajenos.

Así pues, por ejemplo, cuando nos encontramos con películas como “Regreso al Futuro” o series de animación como “The Sipmsons” que parecen vaticinar inventos tecnológicos inadecuados para la época o comportamientos sociales poco ortodoxos que reflejan unos malos hábitos confortables, más que cuestión de adivinar el futuro es una recopilación de diversos objetivos para focalizar la atención en hacer realidad ciertos inventos o crear conciencia social para reflexionar con auto crítica sobre ciertos patrones socialmente aceptadas, para bien o para mal.

Y lo fascinante de todo es que a pesar de la tendencia humana a ser negativa y señalar de locura la innovación, acaba escribiendo el futuro con los pensamientos focalizados como si estuvieran inducidos o predestinados. Lo cual demuestra que, el poder de la mente es más efectivo cuando encuentra un propósito de vida.