¿Que es la libertad? – Nos hemos preguntado todos alguna vez en la vida. Libertad es ser consciente en todo momento de que no somos libres y, aún así, se asume sin perder la felicidad. 

¿Y que es felicidad? – Una forma de vida que, todo el mundo busca y, no es necesario buscar porque, forma parte de cada individuo de cualquier especie. La felicidad nos rodea y la saboreamos cuando logramos ser conscientes de cuánto nos rodea, pero se nos escapa cuando tratamos de regodearnos, transformándola en arrogancia. 

Libertad y felicidad son simples etiquetas para definir cuánto nos rodea, aunque no seamos conscientes, el pensamiento abstracto nos confunde haciéndonos creer que solo las tenemos cuando somos conscientes, pero cuando somos inconscientes también las saboreamos sin disfrutarlas ni saberlo, o quiza si, porque asociamos la felibertad como algo bueno siempre y nos empeñamos en guardar las buenas sensaciones a buen recaudo. Cuando, en realidad, la felibertad está siempre presente y se componen de buenos y malos momentos según lo correcto en cada momento, mientras la mayoría de personas fingen que no las tienen y mantienen una cruzada a contracorriente para encontrarlas. 

Felicidad y libertad flotan en el ambiente, en cada poro de materia que se desgasta como la energía. El resto de especies lo saben muy bien, ¿porque los humanos se empeñan en esconderla y fingir buscarla? Quizá es el precio que hay que pagar por el privilegio de la evolución, o quizá, es el asunto pendiente de superar el instinto de supervivencia. 

Y que se yo, solo soy una especie más de esta bola de materia que gasta energía rodando por el universo entre galaxias. 

Que razón tenían Sócrates y Einstein; «solo sabemos, que no sabemos nada y cuanto más sabemos, menos entendemos«.

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¿Cuantos más habrán pensado lo mismo, ANTES y DESPUÉS de ellos? Solo se que todos anhelan la felibertad, pero pocos son los que, realmente, se sienten agusto con el peso de gestionar la responsabilidad que conlleva, por eso se conforman en caer en el cautiverio de aparentar una falsa felibertad ignorante. Menos auténtica, pero más llevadera.