El auténtico valor de las acciones no está en la fortuna y gloria del exterior, sino en la nobleza de las intenciones.
El auténtico valor de las acciones no está en la fortuna y gloria del exterior, sino en la nobleza de las intenciones.
¿Existen los deseos y la suerte, o es una mera confabulación abstracta del pensamiento humano?
Más vale una risa fingida al principio que desencadene un buen hábito por el resto de nuestra vida, que permanecer con «cara de acelga» por el resto de la eternidad.
Reflexión sobre el origen de las supersticiones.
La suerte no depende del destino, sino de los habitos asertivos del momento.