Al margen del gran problema que supone una pandemia mundial de tal calibre contra un enemigo invisible, como es un virus, independientemente ya de las causas que lo originaron, como con casi todas las cosas, hay que centrarse en el problema para buscar soluciones.
Está claro que estar en cautividad no es plato de buen gusto para nadie, hay muchas maneras como depende desde el sitio donde se afronte. No es lo mismo estar en un pisito de 80m2, como estar en una vivienda con parcela o vivir como un nómada en el exterior, pero con organización y ganas podemos valorar y ser felices con lo poco que tengamos;
En primer lugar, seguir las recomendaciones de seguridad de los expertos.
En segundo, no perder la positividad ni la objetividad.
Tercero, crear una hoja de ruta con las tareas y horarios para cada una de ellas.
Cuarto, visualizar la rutina como si fuera el mismo objetivo normal a escala reducida, viéndolo desde la perspectiva que es más fácil organizarse teniendo más tiempo.
Quinto, aparte de las tareas cotidianas, hacer un listado con las tareas pendientes y amontonadas que siempre nos quejamos que no tenemos tiempo (leer libros, ordenar armarios, escuchar música, mirar u organizar esas fotos antiguas, reinstalar el ordenador, hacer ejercicio indoor, tener tiempo para meditar, pensar en retomar proyectos parados, etc.