La verdad es ciertamente relativa

Existen tres tipos de verdades; la verdad objetiva, la verdad relativa y la verdad absoluta.

Tan cierto es que existe lo que se conoce como la posibilidad de que exista lo que no se conoce. Lo que se conoce porque es obvio y lo que se desconoce sería demasiado demagogo afirmar su no existencia, por el simple hecho que no hay argumentos para confirmarlo ni para denegarlo.

Tan solo conocemos la verdad relativa u opinión subjetiva, que es el círculo en el cual se mueve y se va expandiendo cada individuo a medida que adquiere más conocimiento. Por ejemplo, el conocimiento que abarca la ciencia con el progreso de los años descubre nuevos conocimientos que anteriormente desconocía, como el progreso científico y sus avances.

La verdad objetiva es una paradoja que trata de descubrir la posibilidad de existencia de un conocimiento infinito, aún por descubrir, porque el hecho de que no haya sido descubierto no exime de su existencia ni de su no existencia. De la misma manera que es más sencillo «no creer» en algo que no existe por el hecho de no conocerlo o confirmar la existencia, es mucho más objetivo y abierto asumir la misma posibilidad de existencia con el afán de avanzar las investigaciones, en los respectivos campos, al menos hasta que en algún momento pueda confirmarse la sentencia final sobre la cuestión de existencia. Por ejemplo, la teoría popular de la física cuántica sobre el gato de Erwin Shrödinger en 1935, que no hay posibilidad de averiguar si el gato está vivo o muerto hasta que se abra la caja y, ante la duda evidente de que esté muerto por el número de días sin comida ni agua, aún y así no será evidenciado hasta que se corrobore abriendo la caja.

El cual nos confirmará, el día que se descubra o se confirme la hipotética objetividad que se desconocía anteriormente, podremos hablar con conocimiento de causa sobre la verdad absoluta o teoría definitiva. Aunque no exista la verdad absoluta como tal, porque el conocimiento es infinito pero, partiendo de la base de lo que ya conocemos y podemos llegar a conocer, la verdad es tan relativa como el nivel de conocimiento pasado, presente o futuro individual o colectivamente sobre un hecho/s concreto. Por ejemplo, el descubrimiento del universo, sabemos que el universo es infinito pero no conocemos su expansión total, pero cada día se descubren nuevas formas de energía y materia que reformulan o confirman viejas terías.

A partir de ahí, el conjunto de opiniones subjetivas o verdades relativas formarían la teoría definitiva o verdad absoluta, no definitiva.

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