Para poder trabajar mejor sobre la bicicleta es recomendable el uso de un caballete para desenganchar la rueda y evitar el desplazamiento del líquido de frenos al voltearla como tradicionalmente siempre se ha hecho o en caso de emergencia durante una ruta. No obstante, si no disponemos de un caballete o preferimos hacerlo con el método tradicional, que es más rápido, tener en cuenta que al finalizar y volver a voltear la bicicleta en su posición original hay que esperar, al menos, media hora para que el líquido de frenos vuelva a ocupar todo el circuito del cableado de frenos. Los frenos de zapata no es necesario esperar, ya que el líquido de frenos es únicamente para los frenos de disco hidráulicos.
Sostengamos la bicicleta sobre un caballete o volteada sobre sí misma, en el caso de los frenos hidráulicos evitaremos el contacto y roce, en la medida de lo posible, del disco de freno con cualquier otra superficie al retirar la rueda de su propio eje, procurando protegerlo con algún cartón o paño suave, para evitar ralladuras o contaminarlo para prolongar su vida útil. En el caso de frenos con zapatas, soltaremos la palanca haciendo un poco de presión hacia dentro, desplazándola ligeramente de su posición para poder liberarlas hacia afuera y dejar el puente de la rueda destensado para poder retirarla con suavidad. La mayoría de ruedas actuales ya suelen venir de fabrica con rosca de palomillas, lo que no requiere ninguna herramientas, puede retirarse haciendo fuerza y desenroscando con directamente con la mano, a no ser que hayamos apretado demasiado o las condiciones climatológicas y el tiempo hayan dilatado el material, en ese caso podemos usar alguna palanca con suavidad para levantar la palomilla y poder trabajar con mayor facilidad.
Una vez hayamos retirada la rueda, desinflaremos la rueda para destalonar la goma y así introducir los desmontables, recomendable que sean de acero para que no se doblen ni se parten y con precaución de no pinzar la goma de la cámara para evitar desperfectos innecesarios.
Una vez abierta un lateral del neumático, procederemos a ir retirando con precaución la cámara del interior, empezando por la válvula. Con la cámara fuera del neumático, volveremos a inflarla de nuevo, con precaución de no inflarla demasiado para evitar reventones pero, lo suficiente para detectar posibles escapes de aire.
Para detectar escapes de aire con la cámara fuera, podemos detectarlos de dos maneras, bien a simple vista prestando atención al sonido del escape o teniendo tacto al mismo deslizando ligeramente la mano o la mejilla a pocos milímetros de la cámara, o bien y el más sencillo, introducir la cámara en un recipiente, lavadero o estanque con agua e ir deslizando todo el recorrido de la misma en el interior del agua para observar el escape de aire donde haga burbujas.
Una vez detectado el escape de aire, procederemos a hacer una marca o memorizar con ayuda de nuestro dedo encima del aguajero, desinflando la cámara sin perderlo de vista, y lijando con la lija fina que suelen venir en los kit de reparación o también podemos comprar en una ferretería, para limpiar de impurezas la zona afectada ligeramente para no dañar la goma. A continuación, aplicaremos una gota de pegamente líquido especial para pinchazos, de nuestro kit de reparación, extendiendo con la gema del dedo por toda la superficie, encima del pinchazo, que cubra el tamaño del parche escogido, en función del tamaño, la zona que ocupe dicho pinchazo, según el pliegue y la forma de goma por dicha zona, afín de evitar que se despegue por una mala aplicación. Mantendremos el parche presionando la superficie, con ambas manos o con un gato de obra, el mayor tiempo posible, al menos 5 minutos para que pegue completamente.
Los parches adhesivos son una alternativa muy cómoda para casos de emergencia, reparar el pinchazo con mayor rapidez como las competiciones, si nos encontramos que el tubo de pegamento se nos ha gastado o se ha quedado seco. De igual manera, es recomendable lijar la zona del pinchazo para sanear y mantener el parche apretado unos minutos para evitar que se despegue por la fricción o el calor.
Para volver a montar la rueda en su eje correspondiente, deberemos prestar atención a su encaje correcto, evitando holgura y roces innecesarios al encajar los frenos, especialmente las pastillas para evitar que se contagien o se rayen. Si utilizamos caballete o mantenemos la bici a pulso, prestar atención a su encaje para evitar las holguras, ya que con la bici en posición recta la rueda tiende a suspenderse por la gravedad de su propio peso, lo que lo hace algo más tedioso de sostener el encaje. Por ello, es mucho más fácil, sobre todo para inexpertos, voltear la bici y encajar la rueda en su propio eje respectivo. Con el eje trasero hay que tener en cuenta, también, la posición de la cadena en el piñón correspondiente antes de su montaje, recomendando bajar las marchas a la más inferior para facilitar su montaje óptimo.