La Era de los Pielfinas

Sin ánimo de ser un cansino más, después del torbellino de opiniones y (pre)juicios que ha recibido el polémico cachetazo de Will Smith en la gala de los Oscars 2022 a Chris Rock, parece haber sido la gota que ha colmado el vaso de la tribu de los pielfinas y me viene muy bien para argumentar mis reflexiones.

Y es que semejante cachetazo no puede considerarse violencia porque no tiene la intensidad suficiente para destrozar físicamente, pero sí la tiene para alertar emocionalmente sobre los límites del respeto que no habría que sobrepasar en una sociedad democrática, ni justificarla con humor de ningún color a fin de evitar malentendidos o disputas que puedan acabar en, ni siquiera preliminares de, violencia.

La gente que dice que el cachetazo de Will Smith es violencia, es porque nunca le han pegado en el colegio.

No estoy justificando la violencia de ningún modo, simplemente, porque no la ha habido, sin embargo, quienes acusan a Will de violencia y no ven el abuso emocional en el humor encubierto de Chris Rock, esos sí son cómplices de justificar la violencia verbal del presentador. No obstante, no es cuestión de señalar culpables, sino de reflexionar acciones que conllevan cierta responsabilidad moral públicamente, que luego se ven reflejadas y utilizadas para lavar el cerebro de la audiencia cómplice de las justificaciones encubiertas, tanto por las reacciones como las provocaciones.

También, pienso que no ha sido ningún montaje publicitario, partiendo de la base que ambos son actores mundialmente reconocidos y no necesitan publicidad gratis, especialmente Will. A menos que el polémico comentario de Chris Rock sobre el peinado de la mujer de Will, haya podido ser un guión premeditado para concienciar o normalizar la alopecia u otros trastornos. Un comentario desafortunado y una reacción lógica carente de raciocinio que, al parecer ya tenía antecedentes en el pasado y fue lo que, sin ser justificable tampoco, hizo saltar la reacción de Will ante la provocación reiterada de Chris que, hubiera sido más afortunada y digna de Will si en lugar de marcarle respeto hubiera aprovechado la gala publica de los Oscars para soltar un discurso reflexivo al más puro estilo Will Smith. Defendiendo a su esposa que, aunque sea mayorcita para ello, como reclaman otros colectivos inclusivos e intrusivos, Will ejerció esa parte de un equipo unido en las buenas y en las maduras, dejando a un lado las desavenencias conyugales para defender a su manada.

El que avisa, no es traidor.

Una cachetada a tiempo, y más con reiterados avisos por abusos de confianza, es la medicina terapéutica que forma parte de la disciplina del desarrollo personal de una persona. Precisamente para evitar que se desequilibre las emociones como suele ocurrir en las famílias o grupos sociales disfuncionales que malcrían o desatienden sus responsabilidades, generando malos hábitos que suelen acarrear en violencia de verdad.

Por otro lado, en cuanto a las personas que defienden a otras sin un vínculo emocional que ampare sus argumentos o sin conocer el 100% de las versiones de todos los bandos, se consideran moralmente cómplices de la respectiva violencia empleada. 

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