Autocensura para respetar al prójimo

¿Porque nos empeñamos en censurar lo que nos gusta? La sociedad conservadora ha adoptado a lo largo de los años la creencia irracional de que hay que tragarse el orgullo, autocensurarse para respetar al prójimo y esperar que sea recíproco. Cuando en lugar tiene todo el efecto contrario porque, aparte de ser ley de vida, el individuo no nace aprendido para gestionar sus emociones.

El ser humano se pasa la vida confiando a ciegas en todo lo que le rodea ya, sin embargo, en lo único que puede controlar, que es así mismo, no confía.

#ReflexionesNinja

La especie humana no podrá desbloquear la evolución hasta que el pensamiento libre deje de condenarse como un delito moral, que incluso trasciende en lo legal  para respaldar las justificaciones sin sentido, de quienes no lo comparten de igual manera. Sea cual sea la ideología, cultura o criterio, todo es subjetivo y está por debajo de las leyes del universo, incluso la propia ley del universo es tan relativo como el movimiento de la materia y la energía. Oponerse a los argumentos sin argumentos o sacar de contexto lo mismos, retracta hipocresia y demagogia.

Creo que si nos centráramos en hacer lo correcto sin darle tanta importancia al bien o el mal, podríamos y deberíamos hablar de cualquier temática, tanto para aprender a gestionar las emociones como seguir manteniendo el contacto, solo de esa manera podremos averiguar si merece la pena descartar cualquier posibilidad de seguir manteniento el contacto o cortarlo como ultimo recurso.

Los humanos tienen la capacidad de escoger entre el bien o el mal, arrastrando consigo a los demás, porque no existe el bien o el mal como tal, son como dos dimensiones que dependen de la intencionalidad de hacer lo correcto en función de los intereses, educación y hábitos del ser humano. Por eso, todos somos iguales en actuaciones por instinto pero diferentes en intencionalidades de intereses.

El monotema, además, de aburrido acaba generando un bucle repetitivo de monótonia, mientras que el politema es necesario para nuestro desarrollo porque nos saca de la zona de confort y refresca el conocimiento. Cierto es que se necesita seguir unos hábitos sanos de escuchar y responder, en lugar de escuchar para contestar.

El tipo de conversación que entablemos refleja la diferencia entre individuos asertivamente equilibrados que saben y les gusta escuchar y entablar conversaciones inteligentes e individuos trastornados por reprimir las emociones o que solo saben entablar relaciones para hablar mal de la paja en ojo ajeno o de manera arrogante únicamente de sus propios éxitos.

¿No sería más sencillo dejar los egos y los orgullos a un lado y dejar de fingir que «lo sabemos todo» para dejarnos enseñar nuevas perspectivas? Aunque para ello implique hablar de cualquier temática que no compartamos o no nos guste. El primer paso está en reconocer que la intolerancia, en realidad, no es tan importante como nuestra propia realidad quiera que sea, alimentada posiblemente por creencias irracionales que no dejan que terminen de cicatrizar nuestras heridas emocionales del pasado. Por eso es importante dejar que los acontecimientos fluyan sin influir forzosamente, para impregnarse de experiencias que nos ayuden a reeducarnos de nuevo y, para ello, es necesario aprender a desaprender lo aprendido hasta la fecha.

Solo sé, que no sé nada.

By Sócrates

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