Desde tiempos inmemorables el ser humano narcisista se ha dedicado a perseguir a los humanos empáticos que se salían de los patrones previsibles del ego. Al margen de etiquetas y sin ánimo de discriminar a nadie, cabe hacer especialmente mención a los narcisistas como causantes de abuso de poder y diferenciar los empáticos libre pensantes de verdad, de los falsos libre pensantes negacionistas, la diferencia parte del autoconocimiento y la intención tras la acción.
«Lo más importante no es la acción, sino la conciencia que hay detrás de cada acción«.
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By Rony Begood (psiCOPsiquis)
Dicho esto, me da mucha pena la persecución a lo largo de la historia, por parte de los narcisistas como famosos dictadores o gobernantes, sin entrar en más detalles, hacia empáticos de cualquier clase o ideología. Lo más conocidos fueron los judíos o las personas de un color de piel diferente, aunque lo más sufridos debieron ser los esclavos de Egipto y las diversas tribus indígenas repartidas por el mundo, por el abuso físico. Aunque, ciertamente, el físico a base de entrenamiento acaba superando al cuerpo, por lo que estoy convencido que sufrieron más las ideologías más expuestas a torturas psicológicas por el desgaste mental que conlleva.
El motivo de mi reflexión es que, lo pasado sería pasado si aprendiéramos a evolucionar dejando las malos hábitos en el pasado. Pero, no solo no se han quedado en el pasado sino que, se han polarizado con el progreso de los años y la sobre información. Hasta tal punto que las pocas dictaduras centralizadas en el poder, se han extendido como un virus en forma de multi dictadura entre la diversidad de opiniones, o prejuicios mejor dicho.
Una opinión es un juicio basado en argumentos contrastados, sin embargo un “pre-juicio”, como su propio nombre indica, es anticiparse a una teoría antes de confirmar los hechos. #ReflexionesNinja
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Con lo cual, actualmente, no solo seguimos teniendo gobernantes narcisistas desenmascarados sino que, se han desarrollado nuevos narcisistas en potencia pidiendo voz y voto a gritos con las nuevas formas de comunicación tecnológicas. Arrastrando los prejuicios ideológicos del pasado, tanto conservadores como justificando sed de venganza. Generando nuevos prejuicios de intolerancia por no compartir, ya no solo la misma ideología, sino tampoco la misma metodología cotidiana y particular. Lo que me lleva a la reflexión que muchas de las acciones activistas del progresismo actual son una falsa modestia para ganar adeptos y reconocimiento social con el fin de generar más tributos económicos, en el mejor de los casos puestos a remunerar un esfuerzo. Y/o, en el peor de los casos, tratar de satisfacer los falsos egos de felicidad.
Por ejemplo, de la misma forma que antaño se perseguía a las ideologías que se consideraban diferentes a los narcisistas que gobernaban, generando guerras y fusilamientos físicamente. Actualmente, las nuevas guerras y fusilamientos se producen, mayoritariamente, más de manera psicológica con altercados en las redes sociales, en las manifestaciones, en las secciones de opinión de los medios de publicación. Paradójicamente, cuanto más se progresa, el mundo civilizado se vuelve cada vez más salvaje que el mundo silvestre en sí, perdiendo la razón por tener la razón. Lo que me lleva a confirmar la reflexión final de que la falta de estímulos, dentro de la zona de confort, provoca una alteración en el sistema de supervivencia por sentirse vivo.