Día Internacional de la reflexión

Hoy es un día especial para poner en práctica o ejercitar nuestras dotes reflexivas, en una jornada previa a unas nuevas elecciones generales, en donde se debe escoger al representante del país español para avanzar aprendiendo del pasado.

La sinópsis para entender un poco mejor el proceso del “elegido” y los grupos más representativos de la política, la siguiente fase de elección pasa al Congreso de los Diputados, en donde, en el caso de un país democrático y monárquico como España, constituido por un Rey y unas cortes, el Rey propone un candidato de los más representativos, este a su vez expone su argumento ante la cámara baja del Congreso y si hay mayoría absoluta entre los miembros diputados, escogidos previamente en las respectivas elecciones por numero proporcional al resultado de las votaciones para cada grupo parlamentario. Si hay acuerdo invisten presidente al candidato propuesto,  si no el Rey propondrá los ajustes necesarios al candidato o bien propondrá un nuevo candidato, y así repitiendo la elección 48 horas después de la anterior para llegar al acuerdo entre los grupos parlamentarios. Si a los dos meses de la fecha de elecciones no se llega a ningún acuerdo, el Rey disolverá ambas cámaras convocando nuevas elecciones.

A partir de aquí tenemos diversas lecturas y, personalmente, tres reflexiones principales; comprensión popular sobre el proceso de elecciones, figura intermediaria del Rey y los procesos conservadores de un país como España.

La más importante y difícil de todas es la comprensión popular, especialmente entre las sociedades más diversas y libres, aunque los más extremistas nieguen su negativa muestran más libertad de expresión de la que reclaman, ya que de lo contrario no podrían expresar dicha negativa. Provocando con el tiempo, la reacción pasiva de las mayorías silenciosas que prefieren seguir cultivando sus éxitos trabajando en silencio, ante la marginación de los extremistas que se niegan a quedarse en la sombra, y así, el caos y la división están sembrados.

Por ello es importante documentarse y formarse, en general a lo largo de nuestras vidas, nadie nace aprendido ni nadie es mejor ni peor que nadie, pero tampoco se está exento de caer en la ignorancia de los más cómodos que van como pollos sin cabeza procurando disimular su falta de conocimiento con falsas apariencias porque es el recurso fácil, y por no pasar por tontos acaban pasándose de listos.

Luego está la figura intermediara del Rey  que genera todo tipo de controversias. Para los más progresistas y liberales está de más porque son intermediarios que podrían recortarse gastos del capitalismo. Sin embargo, los más conservadores tratan de mantener la memoria histórica, en los puestos de mayor mando, como una forma de reconocimiento honorífica. Ambas posiciones son tan respetables como la que más, porque tratan de ser prácticas desde cada perspectiva pero, partiendo de la base diversa, hay que interesarse más por llegar a algún acuerdo sacrificando intereses otros más personales de ambos y al fin llegar a un acuerdo común por el bien de la convivencia unificada. De lo contrario, solo genera una brecha social, igualmente respetable, pero en lugar de avanzar haría retroceder la sociedad a la época de las cavernas en que cazaban por grupos y estaban divididos por manadas. Puede parecer una comparación radical, pero es así, lo llevamos en nuestros genes.

Por ello, personalmente creo que, los procesos establecidos son mayoritariamente acertados, con alguna excepción que se salta la norma general de la ética por estar sobrevalorado o inventado para hacer la trampa, pero aún y así forman parte de un sistema que es dificil estar a gusto de todos si todos no ponemos de nuestra parte para comprenderlo, empezando desde la clase obrera por saber escoger la prioridades y finalmente ponerlas en práctica, por los representantes escogidos, a la hora de confeccionar las leyes. Sin pensar en intereses personales o dobles intenciones, ya que partimos de la base de ser todos iguales universalmente, y si un eslabón se rompe se acaba rompienso la cadena de la confianza entera.

Asi que,  al igual que los días internacionales, no debería existir una solo día de reflexión, sino que deberíamos reflexionar todos los días del año, aunque sean 5 min al día, para ser conscientes y constantes de lo que nos rodea. Porque, si durante 4 años la gente no tiene claras sus conclusiones, no creo que un día les sirva de mucho para aclararse. Hay que equilibrar el corazón y la razón para escoger objetivamente lo que mejor nos convenga a largo plazo, para que en el relevo de cambio de representantes retomen constructivamente donde lo dejó el anterior.

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