Unos hablan de libertad de expresión y otros de censura. pero muchos confunden la diversidad de opiniones subjetivas con la verdad absoluta, que no exime de su existencia aunque no se haya descubierto y que, precisamente, esa diversidad (cuando es constructiva) fomenta el desarrollo de teorías que acercan a una verdad absoluta.
La libertad de expresión es evidente que existe, y por ello da lugar a la libre interpretación de las diferentes y variadas libertades subjetivas que puedan existir, la cuestión está en llegar a un nivel de equilibrio de amor propio puro y respeto mutuo más allá de los pequeños grupos reducidos que fomentan la subjetividad, para que pueda darse la objetividad a nivel global.
Dicen que hay libertad pero la libertad es tan relativa como los intereses de quien no sabe amar y, por lo tanto, no sabe respetar. Por eso es importante conocerse a si mismo antes de presumir de sabiduría.
Legalmente hay libertad hasta donde estipulan las leyes. Socialmente hay libertad hasta donde alcanzan los acuerdos amistosos de las pautas sociales.
Fuera del confort o dichos acuerdos no hay más libertad que la supervivencia individual de necesitar la mitad de lo que tenemos para ser auténticamente libres, sin leyes, sin pautas, sin falsos modales o políticamente correctos.
Esa es la auténtica libertad objetiva; vivir en armonía con nosotros mismos, con el entorno y sin dar más importancia de la que no tienen los objetos más allá de su uso primitivo. Valorando las relaciones y las colaboraciones por encima de todo, fomentando ese amor puro y respeto leal.